Dejar el pañal ¡Cuando NO hay que hacerlo!

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Dejar el pañal ¡Cuando NO hay que hacerlo!

Cada cultura tiene sus creencias relativas al control de esfínteres en los pequeños. Nuestras abuelitas pensaban que hay que dejar el pañal lo antes posible, y se lo pasaban fregando los pisos. En China, se fomenta que los bebés y los niños pequeños anden desnudos de la cintura para abajo para que puedan hacer sus necesidades cuando así lo sientan.
En la actualidad, nuestros pediatras recomiendan respetar los tiempos de cada niño, sabiendo que la madurez biológica para el control de esfínteres normalmente se alcanza entre los 2 años y medio y los 3 años y medio. Sin embargo, también hay situaciones en las que no es recomendable comenzar el entrenamiento para dejar el pañal.

¿En qué casos NO hay que dejar el pañal?

Antes de que el niño esté listo

El hecho de que el niño controle esfínteres es un hito madurativo y no todos lo alcanzan al mismo tiempo. Es importante que tu hijo esté de acuerdo con dejar el pañal y comenzar a usar el orinal, que esté incómodo cuando se moja o se ensucia, que pueda avisarte cuando necesita ir al baño. Si lo presionas para dejarlos antes de tiempo –porque lo dice tu madre, la directora del jardín de niños o el pediatra- solo conseguirás que el proceso sea más lento y más arduo para todos, en especial para tu hijo.

Cuando sois vosotros quienes no estáis listos

Por otro lado, si estáis a punto de emprender vacaciones familiares, si los preparativos para las Navidades o para el regreso al trabajo os tienen corriendo de aquí para allá, si tenéis un bebé recién nacido en casa que ocupa gran parte de vuestra atención, probablemente no sea una buena idea comenzar ya el entrenamiento. El quitar los pañales suele dar mucho trabajo: hay accidentes, hay mucho que limpiar, es necesario los primeros días estar muy pendientes del niño y llevarlo al baño a cada rato. Por eso, escoged un momento en que no tengáis tantas presiones o responsabilidades, como en las vacaciones o al menos, en un fin de semana largo.

Al mismo tiempo que otro gran cambio

 
Hay determinadas circunstancias que interfieren con el proceso de dejar el pañal. Por ejemplo, si la familia está atravesando una etapa de cambios como una mudanza, el comienzo de la escolarización, el nacimiento de un hermanito o una crisis familiar (muerte de un ser querido, divorcio, etc.). Dejar el pañal ya es un cambio muy grande para que el niño lo asimile, lo mejor es que no coincida con otro gran cambio.
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